Esta obra representa la vida entend ida como el paso del individuo que la observa.

Como un espejo del alma. Una línea de tiempo que recorre el pasado,

presente y futuro.

Mirando de izquierda a derecha, uno se da cuenta inmediatamente del primer rostro que enfoca su mirada hacia atrás, casi como si mirara su propio pasado. Lo que ha sido, y lo que no puede cambiar. Las dos caras centrales opuestas, casi indican un contraste entre el pasado y el futuro. El primero de ellos se centra en el pasado, pero sin perder el interés por el presente. El segundo, en cambio, representa el futuro. Esa parte que vive de sueños y esperanzas. No está influenciado por el pasado, sino por la esperanza de un futuro mejor. La última cara se caracteriza por una mirada fija en el presente. Las cicatrices del pasado y las angustias del futuro no le distraen de las alegrías del presente. Le observa, dando la impresión de reflejarse a sí mismo. Te identificas para afrontar la realidad con una mirada neutral.

Toda la obra se caracteriza por los diferentes colores y formas que indican las emociones humanas. La felicidad, la incertidumbre, el amor, la esperanza, el miedo y el misterio son las emociones que todo individuo siente cuando mira la realidad a la cara.

Como dijo Séneca:La vida se divide en tres tiempos: en el presente, el pasado y el futuro. De ellos, el presente es muy breve; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.«